El consumo mundial de recursos naturales, como minerales y combustibles fósiles, va camino de triplicarse hacia 2050 y ejercer un catastrófico impacto sobre el medioambiente, alerta un informe difundidopor la ONU.
El documento, presentado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en la sede neoyorquina del organismo, analiza el consumo actual de los recursos del planeta y estudia las medidas llevadas a cabo en el mundo para reducir las conexiones entre ese consumo y el crecimiento económico.
La humanidad podría consumir hacia 2050 "unas 140.000 toneladas de minerales, menas, combustibles fósiles y biomasa al año, una cifra que triplica la actual, a no ser que la tasa de crecimiento económica se disocie de la del consumo de recursos naturales", indica el informe. "La humanidad puede y debe hacer más con menos", subraya el estudio del PNUMA, que explica que actualmente los habitantes de los países desarrollados consumen de media 16 toneladas per cápita de esos recursos clave, mientras que un ciudadano de la India consume 4 toneladas al año.
Ante esas cifras y con el crecimiento tanto de la población mundial como de la prosperidad, especialmente en los países en vías de desarrollo, la perspectiva de unos niveles mucho mayores a los actuales supera de largo lo que es sostenible, prosigue el estudio. "Ha llegado el momento de reconocer los límites de los recursos naturales disponibles para apoyar el desarrollo humano y el crecimiento económico", sostiene el texto que añade que "el mundo ya se está quedando sin recursos asequibles y de alta calidad de materiales tan esenciales como el crudo, el cobre o el oro".
La solución reside en la llamada "disociación del uso de los recursos naturales y el impacto ambiental del crecimiento económico", según ha recalcado el director ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner."Esa disociación tiene sentido en todos los ámbitos: económico, social y medioambiental",añade y asegura que ese proceso es "parte de la transición hacia una economía verde, baja en emisiones de carbono y eficiente respecto a los recursos".
Al respecto, ha explicado que se trata de buscar una economía que "genere empleos decentes y erradique la pobreza de un modo que mantenga la huella del hombre dentro de las capacidades planetarias", para lo que se necesitan "cambios significativos en las políticas públicas, el comportamiento empresarial y los patrones de consumo".
"Se va a necesitar innovación, incluso una innovación radical", indican los autores del informe, que anima a los países en vías de desarrollo a "cambiar su idea de lo que significa el desarrollo en un mundo escaso de recursos" y destaca ciertos avances logrados en países del peso de Alemania, Japón y China, además de Sudáfrica.
Para lograr el impulso de la economía verde, el documento asegura que es "urgente reconsiderar los vínculos entre el uso de recursos y de la prosperidad económica, basada en una inversión masiva en innovación tecnológica, financiera y social".
"Se debe al menos congelar el consumo per cápita en los países ricos y ayudar a las naciones en vías de desarrollo a seguir un camino más sostenible", añade el texto que afirma que la tendencia a la "urbanización" puede ayudar a ello debido a que "en los lugares más densamente poblados disminuye el consumo per cápita de recursos en contraposición a áreas poco pobladas".
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