Un número creciente de grupos de base en todo el planeta están promoviendo un nuevo marco para cambiar de manera radical la manera en que se producen y se distribuyen los alimentos.
Unidos bajo el lema de la “soberanía alimentaria”, las personas que apoyan este movimiento no solo trabajan para mejorar el acceso a los alimentos – como describe el propio concepto de seguridad alimentaria -, sino también para que las comunidades tengan el derecho a definir democráticamente sus propios sistemas alimentarios y agrícolas sin perjudicar a otras personas ni al medio ambiente.
Más de 500 representantes de 80 países han firmado una declaración por la que se establecen las aspiraciones y necesidades de quienes producen, distribuyen y consumen alimentos, y que incluye agrupaciones como La Vía Campesina, que representa a 200 millones de pequeños agricultores y campesinos a nivel internacional.
Concebida en el Foro de Soberanía Alimentaria de Mali, África, en 2007, la Declaración de Nyéléni establece que son los campesinos y los ciudadanos los que deben constituir el eje central de los sistemas y las políticas alimentarias, en lugar de las exigencias de los mercados o las empresas.
Asimismo, el concepto de soberanía alimentaria en la práctica puede variar de un lugar a otro, dado que el propio concepto potencia y promueve la diversidad cultural y ecológica.
“Tanto aquellos que tratan de cultivar su propia comida, como quienes diseñan un plan propio de promoción de los productos locales, quienes hacen campaña en contra de la ingeniería genética o por potenciar el acceso a la tierra o por conseguir mejores condiciones para los trabajadores agrícolas, todas estas personas de todo el mundo, están trabajando en pos de la soberanía alimentaria de un millón de maneras diferentes”, dice Tomas Remiarz, miembro de la Asociación de Permacultura del Reino Unido, quien recientemente ha animado a los miembros de su asociación a votar para que la asociación suscriba la Declaración de Nyéléni.
Tomas asistió al primer Foro Europeo para la Soberanía Alimentaria, que tuvo lugar en Krems, Austria, este verano. Allí se reunieron más de 400 personas de 34 países – desde sindicalistas turcos hasta activistas suizos en defensa de la tierra.
“La pregunta que nos reunió allí fue: ¿Qué podemos hacer los pueblos de Europa para alimentarnos sin destruir las oportunidades de otras personas para alimentarse?”, dice Tomas.
En el Reino Unido, se están sembrando las semillas para el establecimiento de una comprensión práctica de lo que significa la soberanía alimentaria y muchos ven en las organizaciones campesinas del sur del planeta a los pioneros que han allanado el camino para tomar medidas en este sentido.
War on Want, una ONG que lucha contra la pobreza en los países en desarrollo, junto con el Grupo Parlamentario de la agroecología, organizó el Día de la Soberanía Alimentaria en la Cámara de los Comunes en octubre. Se invitó a personalidades de Brasil, Nigeria, Cuba, Mozambique y Sri Lanka a hablar a los asistentes para animar al pueblo británico a construir un movimiento para recuperar su sistema alimentario.
Luis Machanga, de la Unión Nacional de Campesinos de Mozambique, describió el actual sistema alimentario como “una camisa de fuerza”, mientras que la soberanía alimentaria “es una liberación”.
Este marco de liberación se ha utilizado a menudo en contextos de desarrollo internacional, pero ahora los activistas del suelo y de los alimentos en el Reino Unido están reconociendo el poder de sus principios. En vista del vibrante movimiento de alimentos de la comunidad y el interés cada vez mayor que existe en el Reino Unido por “cultivar tus propios alimentos”, la soberanía alimentaria añade un elemento político positivo que anima a cualquier persona preocupada por su alimentación a considerar el contexto en que dichos alimentos han sido producidos.
Los jóvenes también están a la vanguardia del desarrollo de la soberanía alimentaria, con grupos como “Reclaim the Fields” que aborda las desigualdades en la distribución de la tierra en el Reino Unido. Su deseo de un sistema alimentario que no esté dominado por las multinacionales o por un puñado de cadenas de supermercados va en aumento, mientras que la gente de toda Europa está trabajando para tener un mayor acceso al suelo y poder producir alimentos para sus comunidades.
Grupos variados que van desde ONGs que promueven el desarrollo social hasta las denominadas “ciudad en transición” están contemplando la posibilidad de organizar un foro para la soberanía alimentaria en Reino Unido en el año 2012, el cual crearía un espacio para explorar cómo podemos decidir nuestros propios sistemas alimentarios para que los alimentos locales producidos de un modo ético y ecológico se conviertan en la norma y no en la excepción en nuestras comunidades.
Traducción: Javier Gil
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