"La agroecología es un modo de desarrollo agrícola que no sólo presenta fuertes conexiones conceptuales con el derecho a la alimentación sino que, además, ha demostrado que da resultados para avanzar rápidamente hacia la concreción de ese derecho humano para muchos grupos vulnerables en varios países y entornos”. Ésta es la conclusión de Olivier De Schutter, relator especial sobre el derecho a la alimentación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en un informe presentado al Consejo de Derechos Humanos de la ONU el mes pasado.
De acuerdo con el informe "La agroecología y el derecho a la alimentación”, la agroecología mejora la sustentabilidad del ecosistema, ayudando a reducir la pobreza rural, a aumentar la productividad del terreno y a mejorar la nutrición humana. "La propagación de las prácticas agroecológicas puede aumentar al mismo tiempo la productividad agrícola y la seguridad alimentaria, mejorar los ingresos y los medios de sustento de la población rural y contener e invertir la tendencia a la pérdida de especies y la erosión genética”, se destaca.
Basado en la literatura científica reciente sobre el asunto, el relator de la ONU recuerda que la lucha contra el hambre y la desnutrición sólo conquistará avances si se combina con inversiones hacia los pequeños agricultores y la preservación del medio ambiente. "La disponibilidad de los alimentos es, ante todo, un problema a nivel de los hogares, y el hambre hoy es atribuible principalmente a la pobreza, no a la escasez de existencias ni a la incapacidad de la oferta mundial para satisfacer la demanda; la mejor manera de combatirla es aumentar los ingresos de los más pobres”, comenta.
Al mismo tiempo, observa que la agricultura actual no puede poner en riesgo las necesidades futuras, o sea, las prácticas de cultivo no deben contribuir a la contaminación de aguas y suelos o a la pérdida de biodiversidad. En ese sentido, Schutter resalta la importancia de la agroecología, ciencia y conjunto de prácticas agrícolas que busca desarrollar la agricultura utilizando conocimientos y técnicas de los agricultores a partir de procesos naturales.
"Entre los principios básicos de la agroecología destacan los siguientes: reciclar los nutrientes y la energía de la explotación agrícola, en lugar de introducir insumos externos; integrar los cultivos y la cría de ganado; diversificar las especies y los recursos genéticos de los agroecosistemas en el transcurso del tiempo y en el espacio; y centrar la atención en las interacciones y la productividad de todo el sistema agrícola y no en especies individuales”, presenta.
De manera resumida, el informe destaca varios beneficios de la agroecología, tales como: el aumento de la productividad, ya que integra la cría de animales con los cultivos; la reducción de la pobreza rural, pues crea empleo, aumenta los ingresos de los pequeños agricultores y reduce la dependencia con los productos industrializados; la contribución para la mejora de la nutrición debido a la diversidad de alimentos; la difusión de buenas prácticas entre los agricultores, ya que es una actividad que parte del conocimiento de los propios productores rurales; y la contribución para la adaptación al cambio climático.
El relator también sugiere algunas recomendaciones para "avanzar en la sustentabilidad”, tales como: la promoción de políticas públicas de apoyo a las prácticas agroecológicas; la introducción de referencias a la agroecología y a la agricultura sustentable en acciones nacionales orientadas hacia el derecho a la alimentación; el apoyo de la investigación participativa y a la divulgación de conocimientos sobre prácticas agroecológicas; el fomento de la cooperación Sur-Sur y Norte-Sur; el financiamiento de plataformas de conocimiento regionales y nacionales sobre la agroecología, entre otras.
Para leer el documento completo entre aquí: http://www2.ohchr.org/english/issues/food/docs/A-HRC-16-49_sp.pdf
Karol Assunção
Periodista de Adital
Adital
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